De dónde nace mamadelletimel?

Cuando pensaba en un nombre para este proyecto enseguida me vino a la cabeza la novela “Madre de leche y miel” de Najat el Hachmi donde transmite la fuerza y ​​valentía de las mujeres y, sobre todo de las madres.

El nombre encajaba muy bien, no sólo porque tengo una hija que se llama Mel (miel), sino por lo que significa dar “miel” a una hija o hijo. La “leche” es el alimento, ya sea del pecho o de biberón, una nutrición acompañada, de contacto, de conexión, de caricias, de miradas, de vínculo, de seguridad, … Dar “MIEL” en todos y cada uno de los momentos compartidos, para mí significa presencia, empatía, escucha, atención, respeto, ternura y amor, y eso es lo que intento hacer cada día.

¿Cómo “damos miel” a nuestras hijas e hijos? 

Para mí “dar miel” se basa en una crianza respetuosa que comienza con una mirada atenta y presente hacia nuestra hija o hijo, donde todo lo demás se difumina y pierde relevancia. Es una mirada llena de empatía que escucha, no sólo lo que dice, sino lo que comunica con el cuerpo y expresa con las emociones. Nuestra respuesta transmite comprensión, acompaña cualquier situación y muestra el respeto que se merece la pequeña personita que tenemos delante. Una mano la abraza y el otro le pone un límite si es necesario. La ternura, esta afección rellena de dulzura, perfuma nuestro pequeño mundo y al mismo tiempo deja espacio para avanzar de manera libre y autónoma. Puede suceder que haya momentos donde algo se tense, se tuerza, … pero todo se sostiene por el pilar más fuerte que aguanta y reconduce, el amor; un amor incondicional que se ramifica y es capaz de dar luz a los rincones más estrechos y oscuros. Es así como, siempre que puedo, “doy miel” a mi hija y puedo ver cómo en su interior va creciendo paz, seguridad y felicidad.